Gilles Villeneuve "Il Picolo Canadese" - Parte III




Continuaremos la historia de Gilles Villeneuve donde la  habíamos dejado en la escalada de euforia entre los tifosi gracias a un gran Villeneuve que había dejado grandes carreras en la temporadas anteriores y que gracias a la competitividad del nuevo bólido y a su talento natural todos lo veian como un serio candidato al título de 1982.

Gilles a los mandos de su Ferrari 

El año 1982 podría haber sido su año mágico, pero el destino había decidido otra cosa. La temporada comenzaría con de una manera frustrante para Villeneuve, que tras lograr la tercera posición en la parrilla de salida en el Gran Premio de Sudáfrica vería como su turbo diría basta tan solo 6 vueltas después de comenzar la carrera. Para la siguiente carrera, el Gran Premio del Brasil, Gilles tenía de nuevo a punto su Ferrari, con el cual lograría la segunda posición en la parrilla de salido pero de nuevo el destino estaba en su contra y esta vez debido a un accidente Gilles quedaría fuera de carrera cuando no se había llegado al ecuador de la carrera.

Gilles Villeneuve en el GP de Brasil

Para ver por primera vez la bandera a cuadros esa temporada, sería en el tercer Gran Premio de la temporada, el de Estados Unidos Este, celebrado en el circuito de Long Beach California y donde Gilles había ganado en 1979. A pesar de la séptima posición en la parrilla de salida, Villeneuve lograría cruzar la meta en tercera posición pero lamentablemente para él, sería descalificado de la carrera debido a un alerón trasero ilegal, a pesar de las enérgicas protestas de Ferrari.


Gilles pilotando su Ferrari por Long Beach

Gilles tenía todo en contra, pues cuando todo apuntaba a que era número uno de la escudería, Pironi lo traicionaría y esto jamás se lo perdonaría Gilles. La traición comenzaría en casa de Ferrari, que también era su casa. En el Gran Premio de San Marino, en el entonces el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari. La carrera comenzaría como siempre, con Gilles clasificado tercero justo por delante de su compañero de equipo, Didier Pironi. En el transcurso de la carrera el doblete de Ferrari estaba asegurado con un Gilles que iba en cabeza, escoltado por su compañero de equipo. Para dar espectáculo ambos se adelantaban mutuamente, durante un par de veces, al menos Gilles creía eso. Hasta que llegó desde el Box de Ferrari la orden de reducir. Pero Pironi decidió no acatar la orden del equipo, adelanto y robo la victoria en la última vuelta a un sorprendido Villeneuve, que no se podía creer lo que había pasado en la pista. Tanto fue así que Gilles se sentía traicionado por un equipo al que había ofrecido todo su potencial, por el que había dejado hasta su última fuerza hasta la extenuación, para luego verse compensado de esta manera. En su interior se sentía herido, no solo por ue le habían robado la victoria, sino que sentía herido su orgullo y su amor propio después de que él hubiese acatado todas las ordenes de Ferrari.

Gilles y Pironi en el GP de San Marino

Para colmo de males, la presión todavía se vio incrementada más, cuando unos días después del incidente, el director del equipo Ferrari, Marco Piccinini, concertó una reunión en Fiorano entre ambos pilotos, donde intentó solucionar el distanciamiento entre ambos. Pero, lo único que logró fue irritó aún más a Gilles al decirle a su cara: "Bueno, yo estaría también molesto si me hubiesen vencido...". Llegados a ese punto Gilles tan solo creía en su gran valedor, Enzo Ferrari, el que la había permitido correr en Fórmula 1, el que había visto en él algo especial cuando los demás no creían en él. Gilles sabía que el viejo Enzo lo quería y trataba como si  fuese un hijo y sabía que Enzo lo defendería a capa y espada contra cualquier ataque. En la sala de reuniones se había dado cita los dos pilotos, Mauricio Forghieri en aquel momento ingeniero jefe de Ferrari, el propio Piccinini y el mismísimo Enzo Ferrari. Cuando Gilles entro en la sala de reuniones se fue directamente a darle la mano al viejo Commendatore ignorando así al resto de asistentes a la reunión. Gilles esperaba que el Enzo recriminase a Pironi su conducta pero un viejo y muy disminuido Enzo no diría nada, lo cual le sentiría como una pequeña herida.

Pironi celebrando la victoria junto a un Gilles totalmente desanimado y traicionado

Antes de llegar al siguiente Gran Premio, Piccinini estuvo hablando con Joanna, la esposa de Gilles, que lo conocía  muy bien le dijo a Piccinini: "Él es así, siempre confía en alguien hasta que le demuestran lo contrario." Pero conociendo el carácter de Gilles y sabía que estaba herido y que quería demostrarle a todos quien era el mejor, asique le advirtió con las siguientes palabras: "Si Didier va en cabeza, más vale que le digas que afloje el ritmo, si no, Gilles lo echará de la pista y no bromeo...”.

Pironi junto a Villeneuve

El destino quería escribir otro final distinto al que todos nos hubiera gustado ver. Pues en 8 de Mayo de 1982, en los entrenamientos oficiales del Gran Premio de Bélgica disputado por aquel entonces en el circuito de Zolder. Durante esos entrenaminentos Pironi había rodado apenas una décima mas rápido que Gilles o que le permitía salir por primera vez en lo que iba de temporada por detrás de su enemigo Pironi y en esos momentos Gilles no se lo podía permitir. Entonces Gilles salió furiosamente a recuperar su estatus de número uno que por derecho era suyo.

Villeneuve dando una vuelta al circuito de Zolder antes de su accidente


Villeneuve estaba luchando para alcanzar los tiempos de Pironi. Y siguiendo sus propias palabras: No tengo ningún miedo a los accidentes. Nada de eso. Por supuesto, no quiero estrellarme, no estoy loco. Pero si estás cerca del final de los entrenamientos, y estás luchando por la pole, creo que tal vez puedas aplastar el miedo". Pero esta vez sería la última que lo intentaría, pues al salir a pista con su último juego de neumáticos de calificación, en su vuelta lanzada, se encontró con el March de Jochen Mass que iba rodando muy lento por delante suyo al aproximarse a la chicane, calculó que lo alcanzaría justo a la salida de la chicane y así evitaría perder tiempo. Sin embargo, en lugar de desplazarse o a la izquierda o a la derecha de la pista, Mass se quedó en medio. Decidió adelantar a Mass por la derecha, el lado lógico, a pesar de que el hueco era quizás demasiado pequeño, lamentablemente Mass pareció reaccionar de repente y se desplazó aún más a la derecha, como dejando espacio suficiente para ser adelantado por la izquierda. Esta acción de Mass provoco que la rueda delantera izquierda del Ferrari de Gilles chocase contra la parte trasera derecha del March, entonces Gilles perdió el control y salió disparado por los aires a unos 200 Km/h. Pero esta vez la suerte no estaría de su lado, pues el choque contra el muro provocó que los anclajes de los arneses cediesen y el pobre Gilles salió disparado por los aires fuera del coche, impactando su cuerpo brutalmente contra las protecciones del otro lado de la pista. Esto provocó unas gravísimas lesiones que le causarían la muerte horas después. 


Los restos del Ferrari tras el accidente

Varios pilotos se detuvieron ante la horrible escena y corrieron a socorrerlo, John Watson y Derek Warwick sacaron el cuerpo de Gilles en entre las vallas, tan solo 35 segundos después llegarían las primeras asistencias médicas para encontrar, el inerte cuerpo de Villeneuve tirado en el suelo y sin respiración aunque tenía un pulso continuo. Tan pronto como se pudo, fue intubado antes de ser trasladado al centro médico del circuito y luego en helicóptero al cercano hospital de la Universidad de San Rafael, donde se le diagnosticó una fractura del cuello.  A pesar de que se consultaría con los mejores especialistas del mundo, no se puedo más que mantener la vida de Villeneuve  artificialmente mientras su esposa viajaba desde Mónaco al hospital, sería a las 21:12 de ese maldito 8 de Mayo de 1982, cuando Gilles Villenueve nos abandonaría para siempre.
Los restos del Ferrari tras el accidente

En el funeral celebrado en la pequeña localidad canadiense que le había visto crecer, estaría repleto de miles de personas anónimas que quisieron rendirle su pequeño tributo pero muy poca gente del automovilismo acudió, Bruno Giacomelli, René Arnoux, Jody Scheckter. Gilles Villeneuve estaba de cuerpo presente, de blanco inmaculado, como siempre con su rostro limpio pero sin su mirada tierna que se había apagado para siempre. Seria Jody Scheckter el único que hablaría en la iglesia de Berthierville, dejando clara su  estrecha amistad con Gilles: "Le echaré mucho de menos" dijo, "Ha sido el piloto más rápido que jamás hayamos conocido, y era un gran amigo, pero no se ha ido del todo, el recuerdo de lo que fue y lo que hizo, permanecerá siempre con nosotros." Enzo Ferrari diría esto de su adorado Gilles: “Su muerte nos priva de un gran campeón, alguien a quien quería mucho. Mi pasado está marcado por dolor: padres hermano, hijo. Mi vida está llena de recuerdos tristes. Miro hacia atrás y veo las caras de seres queridos, y entre ellos los veo a él...”.

El ataúd rodeado de miles de aficionados queriendo darle su despedida

Él que había jugado tantas veces con la muerte, no pudo esta vez no lograría escapar a su llamada. La suerte le había reservado otro destino, Villeneuve el de entrarsin saberlo en la leyenda y el mito, y su recuerdo permanecerá para siempre en el tiempo, como dijo en su día Jody Scheckter. A pesar de que su palmarés no hace justicia a su talento y que seguramente jamás nadie había destruido tantos Ferrari, los tifosi se lo perdonaban todo porque él lo se lo devolvía dando todo en la pista, en cada curva, mientras tanto el viejo Enzo se reía y disfrutaba de “Il Picolo Canadese” en sus últimos año de vida. El propio Enzo dejaría plasmada en una frase toda la historia de Villeneuve en Ferrari: “Villeneuve aún comete errores ingenuos, pero es un hombre que persigue estar arriba por encima de todo. Ha sido justificadamente criticado, pero no debemos olvidar que su entusiasmo y pasión tienen un predecesor: Tazio Nuvolari. En 1935 Nuvolari ganó el Grand Prix de Brno en Checoslovaquia pilotando sobre tres ruedas” (Enzo Ferrari sobre la vuelta a tres ruedas en Zandvoort’79).

Enzo y Gilles sonriendo durante una charla

Hasta el mismísimo Fangio diría esto sobre Villeneuve: "Permanecerá como miembro de la familia de los auténticos grandes pilotos de la historia del automovilismo. El Sr. Enzo Ferrari, que es una autoridad en la materia, ha comparado a Villeneuve con Tazio Nuvolari. Nuvolari, en mi época de chaval era el gran ídolo. Todos los pilotos querían parecerse al gran Tazio Nuvolari. Luchaban por batirle, pero tan sólo podían imitarle. Ser comparado con Nuvolari es recibir el mayor de los elogios. Villeneuve no corría para finalizar, no corría por los puntos. Corría para ganar. A pesar de ser pequeño en estatura, era un gigante”.

Gilles celegrando una de sus victorias en un GP


Nunca sabremos si Gilles Villeneuve hubiera podido ser campeón, pero a pesar de ello, siempre será un ídolo de Ferrari y uno de los pilotos más espectaculares que tuvo la categoría reina. Para darse cuenta de su importancia en Ferrari no hace falta saber más que pasaría lahistoria por ser el único piloto de Ferrari hizo llorar a sus mecánicos de emoción, salvo él. El día que obtuvo la primera victoria de un motor turbo de Ferrari en el GP de Mónaco de 1981, en el peor circuito posible para este tipo de motores, las lágrimas de Forghieri, de Tomaini y de los mecánicos que le fueron a recibir para llevarle al parque cerrado. También especialmente uno, Pietro, del cual no recuerdo su apellido, quien le abrazo y no le soltaba, y cuando la cámara le enfocaba estaban corriendo las lágrimas por sus mejillas, y de las buenas. El pobre hombre se dio la vuelta y abrazado a Gilles, que aún no se había quitado el casco, y se lo llevo para que fuese abrazado por todos los demás mecánicos, todos eufóricos, liberando la rabia contenida después de un año de sinsabores (1980). Cuando Gilles se quitó el casco y el sotocasco, se le notaba emocionado, el sentía a Ferrari en el corazón, empezó en F-1 con Ferrari (aunque su primera carrera fue con un viejo McLaren M23), creció y se desarrolló en la Scuderia y también murió con Ferrari. Su corazón era un Cavallino Rampante, y en el corazón del Cavallino estaba Gilles Villeneuve.

El recuerdo en la linea de meta del Circuito Gilles Villeneuve de Montreal

PD:

Pido disculpas si me he dejado llevar por mis propias pasiones en esta historia pero es lo que  yo siento y sinceramente esta es una de las historias que al menos a mí me han llegado al corazón desde siempre.


-Un Cordial Saludo
     ID2007

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